Telenovela "Estefanía” es la memoria del país

Interesante entrevista publicad en 2003 por el mundo
El Mundo Miércoles 12 de Febrero de 2003

“Gustavo Rodríguez interpretó a Pedro Estrada y José Luis Rodríguez al “Guácharo”

ENTREVISTA Aunque el Canal 2 no ha emitido una explicación oficial, el escritor Julio César Mármol no desestima la posibilidad de que hayan prohibido su telenovela
Simón Villamizar Encendió el televisor, sintonizó el Canal 2 (Rctv), y esperó hasta las 11 de la noche. Pero nada. Julio César Mármol o pudo ver la retransmisión de la telenovela que escribió ya para finalizar la década de los setenta: “Estefanía”.
Y aunque jura que nadie en la planta televisora le ha dado un explicación oficial -a decir verdad a ninguno de los venezolanos que se mantuvieron atentos a la programación, a no ser problemas previos con el horario, no desestima que tenga algo de cierta la especie de haber sido prohibida.
¿Qué interés cree que podría tener alguien en censurar su telenovela? “Estefanía” es importante no sólo para el venezolano común o para las nuevas generaciones.
Es importante para los chavistas, para que vean cómo se vive bajo una dictadura militar, porque creo que ni se lo sospechan.
Los militares como el Presidente Chávez no fueron formados para compartir, sino para obedecer o mandar. En un ejercicio democrático eso es una utopía, una falsedad. No creo que Chávez sea demócrata, porque está imbuido por teorías que han sido derrotadas en la historia del mundo. Está demostrado, por ejemplo, la incapacidad del marxismo socialista para resolver los problemas de la gente. Además de eso, malformado por sus propias teorías personales, Chávez es una grave amenaza para Venezuela.
Por ahí un amigo mío me decía que si cierran un canal de televisión, y al día siguiente el pueblo no se pone de pie, tendremos que irnos todos de aquí.
Y sin embargo, un vocero de RCTV ha echado a correr la especie de que su novela ha sido prohibida por el gobierno...
Yo espero que no lleguen a tanto con “Estefanía, que es una novela de la memoria del país. Dice un antiquísimo proverbio que “un pueblo que no reconoce el valor de la historia es como la hoja que no sabe que pertenece a un árbol”. Por lo tanto, está condenada a repetir siempre los mismos errores.
¿Por qué fue que decidió escribir una novela acerca de la dictadura? “Estefanía” viene de cuando yo estuve preso en la Seguridad Nacional. Allí conocí personas como el “Negro” Sanz, el bachiller Castro, Perecito, Mano’e Goma.
Seres a los que yo veía tan patológicos, tan sicópatas y tan seguros de su impunidad, que pensaban que nunca alguien iba a pasarles factura. Yo dije: esa Venezuela bestial debe desaparecer. Desgraciadamente este gobierno me está demostrando que no ha sido así y que todavía existe gente capaz del salvajismo, de la ferocidad.
¿Qué puede uno pensar cuando ve personajes como Juan Barreto o Iris Varela? ¿A qué Venezuela pertenecen esos seres humanos? ¿Es que creen que Chávez va a durar toda la vida y no van a pagar lo que están haciendo? Ojalá, digo yo, no tengan que pagar con el terror que pagó la gente de la SN cuando el pueblo los fue a buscar una vez que la rabia y la sed de castigo se desató. Chávez, en cambio, va a estar siempre protegido por gobiernos cómplices, como ocurrió con Pérez Jiménez.
¿De modo que mientras escribía, iba exorcizando sus propios fantasmas? Sí, no hice más que extraer los recuerdos de mi vida. Mamá rosa, el personaje que hizo Mahuampi Acosta, está inspirado en una señora de la pensión romana donde yo vivía cuando joven.
El mudo Eliodoro fue mi compañero de juego en la infancia, y Chaquetón era un dirigente copeyano que estaba montado en el 23 de enero.
¿Qué hay de Estefanía? Es una heroína que engloba el comportamiento de la mujer venezolana en los tiempos de Pérez Jiménez. Quise rendir tributo a esa mujer tan sufrida, a la madre, la novia, la amante, que tuvo que llorar a los muertos del régimen. Y le puse el nom bre de Estefanía porque, mientras estaba escribiendo la historia, siempre venía a visitarme un amigo que se sentaba a llorar mientras leía los guiones. Yo pensaba que lloraba por lo malo que eran, pero me explicó que estaba enamorado de una muchacha que no le paraba ni medio milímetro y que se llamaba Estefanía, así que decidí ponerle ese nombre a la telenovela en honor a las lágrimas de mi amigo.
Claro, el personaje de Pedro Estrada parte de una realidad más concreta...
Sí, y mi mayor rabia mientras escribía la novela era que Pedro Estrada era un asesino refinado, muy atildado, muy pulcro, con un barniz cultural no muy profundo, pero que hablaba bastante bien francés..., pero un canalla de primera jerarquía.
Yo quería mostrar eso, que el talento sin providad es un azote, como decía Bolívar.
¿Cómo decir que José Vicente Rangel no es talentoso, por ejemplo? Entonces me di cuenta de que mientras más quería mostrarle este personaje a los venezolanos como un ejemplo a no repetir, más fascinación ejercía Gustavo Rodríguez ante en el público. Yo pensaba que estaba alimentando la fantasía de un monstruo, pero no podía evitarlo.
No podía con la fascinación que los malos siempre terminan ejerciendo.