Caracas vuelve a los sacudones de calle, se estremece entre cacerolazos y gritos de impotencia, se ahoga con gases lacrimógenos y consignas. Es la noche del domingo 27 de mayo de 2007, y a 1.063 kilómetros, en un confortable salón de Casa Bonita, palacete que descansa sobre una playa de arenas blancas, en Santo Domingo, República Dominicana, los ojos de Gustavo Cisneros captan vía Directv los últimos minutos al aire de Radio Caracas Televisión.
Su concuñado y director de la televisora, Marcel Granier, destaca en la pantalla con cara larga, rodeado por artistas y empleados que no pueden contener las lágrimas. El lugar, ambientado por un patio selvático de aromas tropicales, es el sitio preferido por el empresario para pensar, planificar y ejecutar, desde hace 35 años.
Allí, según lo contó a la revista Magazine, de España, recibe a amigos como Felipe González, Jimmy Carter y George Bush padre, pero también reflexiona y decide pasos a dar. Hablamos de un hombre con una fortuna, según la revista Forbes, de 6.000 millones de dólares, provenientes de su emporio de telecomunicaciones y afines.
También es dueño de Cervecería Regional y domina el mercado latino de las bebidas, a través de Panamco, la mayor embotelladora de Coca-Cola fuera de Estados Unidos. Son 72 empresas, que operan en 80 países y emplean a más de 37 mil personas.
Allí, en El Caribe, se refugia, mientras en Venevisión, Caracas, se cumple su instrucción. Como un mensaje de humo bien definido, la línea editorial manda un recado al pueblo, al Gobierno y a la oposición venezolana: Los moderadores del noticiero, con el rostro contenido, no nombran Rctv, se refieren a un canal; las coberturas son a favor del final de la concesión de la planta de Quinta Crespo y la programación no muestra el humo de una ciudad que arde en cólera, que protesta.
“Preferimos aguantar que dar un manotazo en la mesa”, habría dicho
el 9 de noviembre de 2004 al diario El Universal, de Colombia, sobre su manera de operar frente al Gobierno del presidente Chávez.
La periodista Berenice Gómez, sin embargo, asegura en un artículo de opinión que el 11 y 12 de abril 2002, la presencia de Cisneros en Miraflores fue evidente.
Incluso se habló de una reunión en La Colina donde destacó la presencia de Pedro Carmona, Rafael Poleo, Manuel Cova y Carlos Ortega. Venevisión, desde noviembre de 2001 a principios de 2005, se convirtió en una televisora que disputaba su radicalismo con Globovisión.
Víctor Ferreres ya no está en el canal. Lo sustituyó Carlos Bardasano. Detrás, en materia de contenidos opositores, estaba Rctv. Por ello, la postura del dueño de Venevisión frente al Gobierno tiene un antes y un después, un surco lleno con las serpentinas de un pacto clandestino, y propiciado de espaldas al país.
El perpetrado el viernes 18 de junio de 2004 en Miraflores. Ahí acordó la tregua con el Presidente. Carter fue el intermediario. Entonces Cisneros pasó de soportar los insultos de Chávez y de ser llamado “hambreador del pueblo” y “golpista” al papel de aliado del proceso bolivariano.
Pero el costo se comienza a sentir, especialmente en las calles de Venezuela... Teodoro Petkoff asegura que Venevisión estuvo a la cabeza del golpe de abril de 2002. “Gustavo Cisneros fue el jefe de la conspiración que terminó en el golpe.
Cuando vio que Chávez se reafirmaba, se reunió con él y alcanzaron un acuerdo. Ese acuerdo contemplaba sacar a su canal de la línea opositora. Pero Rctv, el canal 2, nunca estuvo en el golpe, como dice Chávez, aunque siempre tuvo un perfil antichavista”.
¿Entonces por qué finalizó la concesión de Rctv y la de Venevisión se renovó? Pero el papel lo aguanta todo. El 20 de junio de 2004, en la edición 194 de Aló Presidente, desde Charallave, estado Miranda, Chávez se refirió al encuentro con Cisneros y Carter. Aseguró que no hubo ninguna concesión por parte del Gobierno ni realizaría ningún pacto. “Yo lo he demostrado. Entre entregar los principios, entre negociar la revolución y la muerte física mía, yo prefiero mil veces mi muerte física”.
Prólogos y acusaciones
Pese a ser, de acuerdo con la revista Poder, el empresario latinoamericano más influyente, hay poca información oficial sobre él en red. Gustavo Reyes, periodista de El Nuevo Herald de Miami, dijo que ha sido siempre uno de los que más interés ha tenido en que todo lo que se diga de él, pase antes por sus manos, como ocurrió con el libro biográfico: Gustavo Cisneros, un empresario global.
“Eso explica esta biografía autorizada y también los problemas que ha causado a algunos medios. Cómo la batalla contra Newsweek cuando publicó el artículo que le involucraba con el golpe “antiChávez”.
Y continuó: “A mí me ocurrió personalmente algo parecido. Yo había escrito un perfil sobre su papel en el golpe para la revista Poder y, a pesar de que yo no decía que él estuviera involucrado y sólo señalaba que fue de los primeros en aparecer por Miraflores al día siguiente de los hechos, ese texto no llegó a circular en Venezuela.
Un empleado de Cisneros compró absolutamente todos los ejemplares”. Un hecho empresarial sonado en el cual salió a relucir su nombre fue el conflicto entre Coca-Cola y su rival Pepsi. La familia Cisneros era el socio tradicional de Pepsi en Venezuela, donde esta firma copaba el 82% del mercado.
Pero de un plumazo, en 1996, todos los activos de Pepsi fueron vendidos a Coca-Cola en una operación secreta. Las botellas y los camiones de reparto cambiaron de marca en uno de los duelos comerciales más feroces.
Rupert Murdoch y Silvio Berlusconi… Con ellos compara Richard Gott, corresponsal del periódico británico The Guardian, para América Latina, a Gustavo Cisneros, en un reportaje titulado Gustavo Cisneros: corrupción y golpismo, publicado el 20 de julio de 2006.
Dice que le gusta presentarse como el hombre más rico de América Latina y el más poderoso barón de los medios en el continente, refiriéndose a la publicación del libro Gustavo Cisneros, un empresario global, realizado por el chileno Pablo Bachelet, con prólogo del escritor mexicano Carlos Fuentes.
“Si Cisneros ha salido beneficiado de la hagiografía que de él ofrece Fuentes, a cambio le ha proporcionado un beneficio que seguramente supera la cantidad simbólica que pueda haber cobrado por su prólogo: el de un personaje de la vida real cuya biografía imita su propia ficción.
Ningún novelista puede pedir mayor galardón. En efecto, el protagonista de una de las primeras y más famosas novelas de Fuentes, La muerte de Artemio Cruz, publicada en 1962, es un sosias casi perfecto de Cisneros”.
Gott se refiere a “un hombre que aprovecha las oportunidades allí donde se le presentan, convirtiéndose en un hombre de negocios rico y corrupto, que ejerce el poder mediante sus fábricas, sus periódicos, sus contactos y su fortuna: Todo un muro de tu despacho estará cubierto por ese cuadro que indica la extensión de y las relaciones entre los negocios manejados”.
Pero las acusaciones no terminan allí. Tras la salida del aire de Rctv, Vicente Echerri, columnista de El Nuevo Herald, lo fustigó en un artículo: “Me hace acordar de Felipe de Orleáns, a quien su coqueteo con la Revolución Francesa lo llevó al extremo de votar a favor de la ejecución de Luis XVI para terminar él mismo en la guillotina poco después.
El socialismo que ha empezado a construirse en Venezuela es un absoluto frente al cual un tipo como Cisneros está previamente condenado por muchas avenencias que haga y por muchas componendas en que participe”.
Actualmente, entre las multitudes estudiantiles que exigen respeto a la libertad de expresión, su apellido sobresale entre el coro de consignas. La muchachada emite calificativos duros, llamándolo “entreguista” y “traidor”. Lo culpan del silencio informativo durante la agonía de Rctv. También lo responsabilizan por una línea editorial abrumadoramente oficialista.
El sociólogo Pablo Hernández aseguró en un artículo que la línea de Venevisión tiene un precio: “Cisneros recibe su parte de león: la cabeza de Rctv. La conversación entre el Romero Anselmi, presidente de VTV y Carlos Bardasano, ejecutivo de Venevisión y hombre de confianza de Cisneros, el mismo día de las elecciones presidenciales (3 de diciembre de 2006), es la prueba de la alianza del Gobierno, Cisneros y el gran capital”.
Hoy, en Casa Bonita, el paraíso está a la mano, pero en Venezuela los odios se prodigan… Venevisión no escapa al hervidero y su personal se rebela, tal y como lo hizo la actriz Carolina Perpetuo, quien frente a las cámaras de Globovisión, en días pasados, aseguraba que en las novelas del canal no se podía hablar de pobreza o necesidad.
Entretanto, allá, en su palacete, Cisneros celebró el pasado viernes 1 de junio su cumpleaños 62. ¿Fue el cierre de Rctv su regalo anticipado?
Gustavo Cisneros posee, según la revista Forbes, una fortuna de 6.000 millones de dólares.
Raúl Semprún
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