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Al grito de "no más muertos" y "seguridad para todos" decenas de estudiantes de las distintas universidades caraqueñas recorrieron en vehículos de todos tamaños y modelos las principales avenidas y calles de la capital, para reclamar a las autoridades acciones contundentes que permitan poner fin a las muertes violentas que todas las semanas enlutan a decenas de familias venezolanas.
Desde las 10 de la mañana se comenzaron a llegar los primeros participantes de la llamada "Caravana por la vida" a las inmediaciones de la estación del metro en Parque del Este, punto de partida de la movilización.
Mientras esperaban que se diera el pitazo de salida, algunos jóvenes aprovecharon para repartir volantes a los conductores que transitaban por la avenida Francisco de Miranda, no sin antes solicitar: "Por favor no nos metan presos. Sólo estamos repartiendo unos panfletos con un pensamiento de Mahatma Gandhi y/o con un artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos".
Otros en cambio se dedicaron a dibujar en el piso las siluetas humanas que la Policía trazaba cuando encontraba un cadáver en la calle.
Ricardo Sánchez, secretario de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela, aseguró que el movimiento estudiantil sigue en la calle, aunque admitió que sus últimas acciones de calles no son tan multitudinarias debido a las vacaciones.
Sobre los calificativos de "estudiantes burgueses" que desde el oficialismo le han endilgado a los universitarios que en las últimas semanas han protestado, se limitó a decir: "No tenemos que ir a las barriadas, porque siempre estamos allí. Nosotros venimos de allí. Nosotros somos hijos del pueblo".
Aseguró que hechos como la detención de los hermanos Mejías, ocurrida la semana pasada durante el penúltimo juego de la Copa América, no los amedrentarán.
"Siempre va a haber restricciones. Si meten a 100 de nosotros presos, pues saldrán 200 más. Si meten a todos los de Caracas presos, pues saldrán los de Maracaibo. Nunca dejaremos la calle", afirmó.
La caravana culminó en la Iglesia de la Coromoto, de la urbanización El Paraíso, donde el obispo auxiliar de Caracas, monseñor Luis Tineo, les dedicó unas palabras.
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