lunes, 30 de julio de 2007

La segunda muerte

Para "casi" todo el país, lo vivido ese 27 mayo fue como una pesadilla. Ese asesinato "en vivo y directo" de la señal televisiva más antigua de Venezuela fue una muestra nada gratuita de cómo el ensañamiento es uno de los principales motores revolucionarios. Poco le importó al "perpetuable" lo que dijera la gente y es que a estas alturas pareciera que es lo que menos le interesa. El juego se llama "quédate con todo" y si se quejan, que se atengan a las consecuencias¿

Pero como esta es una carrera larga, como los maratones, la resistencia es la herramienta básica. Más que la velocidad, el aguante¿ En esa línea, si te cierran una puerta, te metes por la ventana, si también te la trancan, abres un hueco y si aún así no puedes, cualquier rendija es buena¿

Una vez cometido el zarpazo a la señal de RCTV, con transmisores incluidos, a manera de perverso y ventajoso "regalito de salida", la planta se las ingenió para continuar vigente en el espíritu del venezolano. Transmisiones en la calle de sus principales programas, internet y difusión de sus noticiarios a través de Globovisión, demostraron que el quedarse con los brazos cruzados no era una opción.

Finalmente, luego de mucho batallar, lograron salir en señal internacional a través de televisión por cable y siendo tal, pudieron librarse de la Ley Resorte (cadenas incluidas). Salirse del yugo tiene su precio. Como el régimen se dio cuenta que tratar de reglamentar a los canales internacionales es un imposible, la decisión fue la de catalogar a RCTV como productor nacional audiovisual y así "meterlo en cintura".

El ultimátum está clarito. Si no se registran ante Conatel bajo esa figura, las cableras tendrán que sacar la señal del aire esta misma semana. Una segunda muerte, pues. Quien hace lo mucho, hace lo poco. Si más de 50 años de emisiones fueron borrados de un plumazo, qué será con una señal que lo que tiene son días¿

El poder "total", quiere el control "total", pero ante todo tiene que demostrarlo. Que no quede duda quien manda. La presión, la amenaza, la represión y el "atente a las consecuencias" son las herramientas para ejercerlo. El miedo es libre y al parecer es lo que abunda. Por eso el régimen "no soporta" a quienes no entren por el aro.

Por eso, la persecución de todos los que se sienten libres. Llámense estudiantes, sociedad civil, periodistas, obreros, maestros, trabajadores petroleros y en este caso medio de comunicación, que en lugar de bajar la cabeza y ser acomodaticio (por no decir cómplice) sigue firme y de pie.

Esta semana, ojalá no sea así, podemos estar ante otro capítulo de una nueva muerte anunciada. ¿Seremos sólo espectadores impávidos o asumiremos de una buena vez que eso es lo que nos espera a todos si seguimos pensando que esto sólo es televisión?


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